Por Julio Valverde, Valladolid
El 25 de mayo estaba marcado en el calendario como una fecha especial para nosotros. Desde que nos enteramos de que se celebraba en Barcelos la reunión de Antiguos Alumnos de La Salle de Portugal, decidimos acercarnos desde Valladolid a participar del encuentro, a disfrutar de un espíritu común arraigado en el corazón, a sentir lo que representa La Salle de Portugal.
El acogimiento, las atenciones que recibimos, el ambiente que había entre los asistentes, el ver y saludar a algunos de vosotros que venís cada año a Bujedo, la cercanía personal con aquéllos a los que no os conocíamos, todo esto y más, consiguió que cada uno de nosotros se sintiera como en casa. Gracias, muchas gracias.
Allí estábamos unidos, como el lema de La Salle. “Indivisa manent”. La Salle imprime carácter. Cuando estás en el aula, formándote, y cuando terminas el colegio y te enfrentas a otras realidades. Y los encuentros de antiguos alumnos, reafirman este carácter lasaliano. No somos sólo antiguos alumnos de La Salle, somos lasalianos y seguiremos siendo lasalianos.
Los lasalianos buscamos una sociedad más justa, más igualitaria, más responsable, y más solidaria. Los Hermanos consiguieron que desarrolláramos una conciencia social que se mantiene dentro de cada uno de nosotros, y que estos encuentros de antiguos alumnos permiten que siga viva.
La educación recibida ha permitido que seamos personas a las que no es indiferente la injusticia ni la desigualdad social. El espíritu de La Salle ha hecho de nosotros personas comprometidas, personas respetuosas, personas con profundas convicciones, pero no sectarias, abiertas de mente a la vez que sensibles. Poco tiene que ver la sociedad actual con la de hace veinte, treinta, cuarenta y más años, pero aquella educación que recibimos, hoy nos permite valorar la diversidad, valorar las distintas sensibilidades, valorar la singularidad de las personas. Vivimos una realidad que mientras estábamos en el colegio ni siquiera pudimos imaginar, pero aquello que aprendimos, aquello que nos enseñaron los Hermanos de La Salle, nos permite, más de cincuenta años después, enfrentar una nueva realidad social, con retos como la ecología, la pobreza, sobre todo la de millones de niños, los extremismos políticos, las noticias falsas y las mentiras oficiales, la falta de ética. A todo esto y a muchos más riesgos, somos capaces de hacer frente con el bagaje que incorporó La Salle en nuestras mentes. Las condiciones sociales, políticas, históricas, tecnológicas, de hoy, no tienen nada que ver con las que había antaño. Pero la formación recibida nos ha permitido replantear opciones, analizar posibilidades, cambiar el statu quo, y sentir que formamos parte de una comunidad. Sí. La comunidad de antiguos alumnos de La Salle.
Dentro de nosotros aparecen principios, ideas, imágenes, símbolos, sentimientos, emociones, afectos y formas de comportarse que provienen de nuestro tiempo en los colegios de La Salle. Y que identificamos en cada lasaliano.
Durante nuestra estancia en el colegio o en la escuela de la Salle, cada uno de nosotros vivimos experiencias personales distintas, pasamos por preocupaciones y alegrías, tuvimos vivencias personales diferentes, que, sin siquiera darnos cuenta, todavía hoy nos inspiran una forma de comportamiento. Esta es la huella que dejó en nosotros La Salle hace ya muchos años. Y es la huella que está dejando, que sigue dejando La Salle en todos y cada uno de los niños, niñas y jóvenes que reciben educación y formación en los centros lasalianos repartidos por el mundo.
Y esa jornada de Barcelos, ese compartir con vosotros, es lo que me ha hecho parar un poco y reflexionar. Son reflexiones muy particulares; no pretendo tener toda la razón, ni tan siquiera un poco de razón. Admito que puedo estar equivocado, pero si fuera así, seguiría agradeciendo a los Hermanos de la Salle todo lo bueno que recibí de ellos, además de algún que otro coscorrón que sirvió para hacerme recapacitar.
“Indivisa manent”. Sí. Nos mantendremos unidos. Nos veremos con los que venís a Bujedo. Haremos lo posible para volver a Barcelos y volver a disfrutar de vuestra hospitalidad y cariño.
Muchas, muchísimas gracias compañeros, y ¡¡¡Viva San Juan Bautista de La Salle!!!